viernes, 27 de marzo de 2009

El sueño ..." bueno si no duerme tanto en el día, es mejor... caerá dormidit@ en la noche"

La vorágine en la que crecemos compromete las horas que destinamos al descanso y al sueño, pero este compromiso afecta nuestra formación e influye en nuestro entorno. El no dormir adecuadamente no permite desarrollarnos plenamente - cuando somos niños-ni a desempeñarnos adecuadamente -ya adultos-.

El sueño, muy por el contrario de lo creído, es un fenómeno activo en el cual el ser humano, descansa de las actividades que le generan desgaste de energías. Se le denomina activo porque en este "estado" la persona mantiene un "vínculo receptor" con el entorno de manera permanente, es decir, es capaz de recibir la información de lo que acontece en momentos que duerme e inclusive estimula y activa más áreas del cerebro, en comparación de la vigilia.

La etapa en que el sueño cobra vital importancia es la primera infancia. A partir de las 32 semanas de gestación, podemos decir que el feto duerme. Desde aquel momento el ser humano descansa aparentemente, permitiendole en este lapso formar más conexiones neuronales. Cuando los bebes nacen y hasta los primeros años de vida, su sueño es polifásico, es decir es de varias faces y de intervalos diferentes. Cada niñ@ descansa por tiempos diferentes, lo importante es que lo relice. El establecimiento de una rutina para su sueño es importante; una alternativa adecuada es enseñarle al niñ@ el tránsito de su actividad despiert@ al del sueño, a través de rituales como el baño, la lectura de un cuento, entre otros más creativos. Todos, en suma, le comunican que con ese evento se cierra su día despiert@ y es hora de dormir.

Por el contrario, los adultos y los niños a partir de los 8 años, tenemos un sueño de tipo monofásico, en el que podemos dormir entre 6 a 10 horas, dependiendo de cada organismo y la edad.

Cuántas veces hemos escuchado decir " bueno si no duerme tanto en el día, es mejor... caerá dormidit@ en la noche"...esto es falso. Tanto para el caso de adulto como para el niño, el descanso no representa privarse largas horas en las que el cuerpo quiere descansar, sino más bien descansar cuando el cuerpo lo requiere.

Las consecuencias son evidentes para muchos de los noctámbulos: envejecimiento precoz, poca concentración, irritabilidad, entre otros componentes que afectan la calidad de vida de las personas. Estas consecuencias se deben a que cada vez que dormimos nuestro cuerpo activa sistemas y trabaja en la producción de sustancias que preparan al cuerpo para actividades posteriores. Estas sustancias, como la noradrenalina, la serotonina, la testosterona (por eso la erección en algunos hombres por las mañanas), entre otras ocasionan el buen funcionamiento del organismo en el día asegurando el buen humor, altos niveles de atención y motivación y mayor creatividad.

La importacia que le den los padres y cuidadores de los niños a este aspecto es fundamental, puesto que ellos son los únicos responsables del desarrollo de los niñ@s, así mismo el tiempo que los adultos dediquemos al reposo asegurará que rindamos de manera adecuada a las metas que nos proponemos, evitando así desgastes que nos salen más costosos que los ingresos mismos que procuremos a causa de la falta del descanso.

sábado, 21 de marzo de 2009

La rutina para la formación de los niñ@s

Que sabemos las personas cuando nos volvemos padres?..Nada.

Muchos se preparan comprando libros, otros estan atentos a los consejos de los abuelos o simplemente siguen su intuición. Frente a un mapa genético o un destino, nuestros hijos son lo que aprenden, los caracteres que heredan y se ajustan a lo que viven.

Desde que la psicología se divorció del teologismo, las personas y los terapeutas empezamos a pensar en la responsabilidad que tenemos sobre nuestra conducta. Existen diversas corrientes que proponen el estudio, análisis y la intervención trabajando desde el pasado de la persona, hasta modificando conductas del presente, con técnicas más puntuales.

Una de ella es el trabajo con las rutinas.

La rutina a pesar de que para los adultos nos resulta tediosa e inclusive enfermiza, para los niñ@s es un marco de referencia que le brinda seguridad, ya que le permite organizar sus actividades de manera eficiente y cumplir con todos sus deberes.

Los niñ@s al nacer vienen ya con una estructura de horarios y las madres podemos tomar atención de ella. Esta, en su mayoría, se encuentra amarrada a las actividades de la madre. Desde la gestación las mujeres podemos sentir cuando nuestros hijos tienen actividad y cuáles son las horas de mayor frecuencia. Sólo es cuestión de tomarle atención.

Para el caso de los bebés establecer las horas de sueño, de juego, y de alimentación l@s prepara para su infancia y etapa escolar; por otro lado a los padres les permite organizar sus actividades laborales con las de sus hij@s pequeños.

Una alternativa, cuando estan en los primeros meses de vida es ir separando, de a pocos, los espacios entre la alimentación, es decir monitorear cada cuantas horas el bebe lacta. Por otro lado tambien tomar en cuenta a qué horas duerme. Obviamente el niñ@ cuando es menor de los 3 meses, su sueño es más prolongado, pero a medida que va creciendo estos se vuelven menos frecuentes y tambien deben ser monitoreados. Llevarle esta rutina (una alternativa es tomar nota de las horas exactas) le brinda la oportunidad a los padres de disponer del tiempo necesario para dedicarle a sus pequeños conociendo las horas precisas en las que estan despiertos y con ganas de jugar.

Para cuando el niñ@ crece y entra a la etapa de la infancia y con ella la escolar, la rutina pasa de ser una agenda para los padres a un ser las reglas en las que los éstos, conjuntamente con sus hij@s establecen para cada día. Es así por ejemplo el niñ@ una vez que ha acabado de hacer sus tareas puede empezar a jugar (agenda y regla). Un punto importante para esta etapa es que los niñ@s participen en la confección de sus rutinas, ya que les permite sentirse comprometid@s con el cumplimiento de las normas de la casa; así mismo se debe tomar en cuenta que son disposiciones que idóneamente se deben seguir, pero que de vez en cuando se pueden cambiar, de esta manera se le enseña al niñ@ que las actividades pueden variar o diversificarse en algunos dias. En esta etapa es básico fortalecer el sistema de rutinas, porque así el padre cuando exige al niñ@ cumpir con los deberes, éste tiene un asidero establecido por ambas partes (padre e hij@).

Para cuando el niñ@ entra a la pubertad y luego la adolescencia la rutina, entendida para este tambien como parte de las reglas de la casa varía en función a su nuevo entorno. Como todos sabemos esta etapa es social y está muchas veces cargada de actividades paralelas de tipo académido y recreativo. Éstas demandan más tiempo de él y le restan a la familia. Los padres debemos respetar y mantener en firme la construcción, en conjunto, de la rutina, manteniendo y conciliando ese espacio de encuentro familiar con las nuevas actividades de ellos.

En suma el uso de las rutinas resulta es una alternativa útil para la formación de nuestros hijos. Cuando éstos ya se encuentran en la juventud y la adultez les resulta más fácil organizarse y adaptar sus obligaciones con tiempos de recreación y no colapsar por las multiples actividades y responsabilidades que afrontamos hoy en día. Cabe resaltar que éste lleva un estilo de vida en libertad, ya que está creada por él mismo.

miércoles, 18 de marzo de 2009

y... ¿por qué no el Día del Hombre?

El día de la mujer, la premiación de Magaly Medina, el triunfo de Kina, publicaciones y anuncios en medios de prensa escrita y reportajes en la televisión acerca de la importancia de la mujer me trajeron a la memoria una pregunta que me hize hace un tiempo atrás: ¿celebrar un día de manera especial al supuesto sexo débil no genera más inequidad?

Un día un compañero de trabajo me abrazó efusivamente y entre risas me felicitó por mi día....pensé, ¿habré sido ascendida?, (porque no estabamos aún en noviembre, mi cumpleaños). Pues no, lo hacía por mi día como mujer. Desde aquella fecha, y ya siendo madre de un niño, me queda la curiosidad de entender por qué somos reconocidas entre “los seres humanos” por el sólo hecho de ser mujeres.

Estoy segura que los hombres y mujeres somos iguales en derechos, pero reconozco que hoy en día esto no se cumple, al menos no para todas. Con todo esto en mente me pregunto si… ¿celebramos este día porque nos hemos “posicionado” entre los hombres luego de muchos años de dominación(a pesar de que aún para muchas esto continúa,)o es que necesitamos refrescar la memoria a los hombres y mujeres acerca de nuestro valor (¿somos mejores?) , o simplemente persistimos en mantener esa diferencia entre los géneros?

Mi hijo, ya con casi 8 años, me asegura que hay un día para el hombre. Claro está que no lo hay; al menos no es sonado. Para él es inconcebible que el mundo celebre a la mujer y al hombre no. Hoy en día aspiramos a que el trato sea equitativo, tanto para hombres como para mujeres y eso le enseñamos a nuestros hijos. Sin embargo y con todo lo antes mencionado, no será que las mujeres estamos cayendo en una especie de extremismo. Pienso que él como muchos otros niños pueden pensar que la mujer es más importante que los varones o que es menos y requiere ser festejada para ser respetada.El mundo de ayer es diferente al de hoy.

Seguir arrastrando la frustración que muchas llevamos por el trato poco equitativo que recibimos de parte de algunas personas creo que puede no ser necesariamente una forma de promover la equidad sino más bien un enfoque que pueda marcar extremismos poco constructivos e igualitarios.Ahora bien, si él creciera en una localidad donde se vulneran los derechos de las mujeres, como sucede en muchas partes, ¿su visión acerca de este tema sería diferente?